Crear nuevos caminos

Estos días tenía un tema recurrente en mi cabeza, una sensación de que todo el mundo quiere hacer lo mismo, abren una tapería y ves que ofrecen lo mismo que todas las existentes, abren una tienda de cigarrillos electrónicos y ya te cuentan que van a abrir 3 más, vas a la zona de restauración de un centro comercial y todos los locales ofrecen lo mismo, nadie quiere o se atreve a arriesgar.
De pronto un día recibo 2 vinos que estaba esperando hace tiempo, ya los había probado hacia tiempo, pero aún no estaban en el mercado, esperando elegir el nombre, elegir la etiqueta, pero justo el mismo día llegan los dos vinos, los firman Raúl Pérez y Rodrigo Méndez, pero vienen de 2 proyectos distintos, un tinto y un blanco, ambos desde las Rías Baixas.

Estos vinos me traen a la memoria cuando trabajaba en el sector, descartaba automáticamente y sin conocer los tintos de Rías Baixas, ya por entonces sonaba una bodega, Forjas del Salnes, con su trabajo con los tintos. Llegaría, años más tarde, ya centrado en nuestra tienda la búsqueda del famoso Sketch, encontrar el vino me llevo a conocer a Rodri, allí pude conocer los viñedos y la bodega, probar todos sus vinos y conocer la historia de aquel 2005 con una acidez extraordinaria, un vino que dotaba de personalidad a todos los demás vinos de la bodega, que le decían que lo embotellase, pero no lo veía claro. Fue conocer que hay otras viticulturas posibles, que nunca van a ser mayoritarias pero transmiten algo que los demás no quieren, no pueden o no se atreven.

Otra historia lleva a Rodri a conocer a un paisano, creo recordar que emigrante retornado, que llego hasta él por que le dijeron que compraba uvas tintas, cual sería su sorpresa al saber que el paisano había traído de Francia cepas y entre ellas Pinot Noir,  con ella se pusieron Rodri y Raúl manos a la obra, hace casi un año aparecía como mejor Pinot Noir de España, cuando no estaba ni a la venta, en la cata de ElMundoVino

A principios de este año tuvo lugar en Bagos una cata de Rodri, allí todos pudimos probar unos vinos que no tenían nombre ni etiqueta.

Aquí pueden verse los restos de la cata, el Leirana María Luisa Lázaro identificado con una etiqueta 2005 y el Pinot Noir As Covas sin ningún tipo de etiqueta.

He revisado por todas mis notas, pero no encuentro ninguna nota de aquella cata, así que prefiero no intentar describir los vinos, a los que os despierten interés y no consigáis una de las escasas botellas que hay, os invito a conocer a Rodri y su bodega, allí veréis una persona de una generosidad enorme y siempre dispuesta a enseñar y dar a conocer sus vinos.

Al final todo esto, que no dejan de ser divagaciones, me lleva a creer en la gente que no sigue el camino marcado por la mayoría, que se arriesga y quieren buscar su propio camino, más complicado, sin atajos, pero el camino en el que ellos creen, el más auténtico para ellos y por desgracia minoritario, pero cada vez somos más los que buscamos vinos que nos transmitan de donde vienen y quien esta detrás, eso mismo me gustaría encontrar en los nuevos proyectos que se emprenden, autenticidad y originalidad, ese sin duda es el camino a seguir.


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