A veces nos complicamos explicando los vinos, variedades de uva, zonas, insolaciones, métodos de cultivo, cuando se vendimió, como se elaboró en bodega, que si las barricas son de roble francés, al final nos perdemos en los árboles y no conseguimos disfrutar del bosque.
El otro día acudí al Restaurante Alameda 10 por una comida de trabajo, como siempre comimos muy bien, es un restaurante que no falla, buen producto y muy buena cocina.
Pedimos una botella de Alanda, el básico de José Luis Mateo en Quinta da Muradella, no nos entretuvimos en hablar del vino, simplemente lo disfrutamos y de que manera, nos pareció fantástico.
Por eso a veces tenemos que dejar de lado lo accesorio y centrarnos en disfrutar del vino.