Conociéndonos

Estamos, últimamente, dándole vueltas al tema de las catas de producto. En la mayoría, no tenemos mucho problema, lo dividimos y lo probamos nosotros y nuestros empleados.
Creemos que es imprescindible conocer lo que vendes. Es algo fundamental, para que un producto se incorpore a nuestro surtido y además fundamental que, los que estamos detrás del mostrador conozcamos de primera mano los productos que vendemos. Así, cuando recomendamos algo lo hacemos con la confianza que da haberlo probado y saber que satisfará a nuestros clientes.

Pero es bastante más complicado cuando se trata de vino. Primero, por la dificultad de dividirlo y segundo, porque a Conchi no le gusta, por lo que se complica el poder probarlo en casa.
Tengo abierto botellas para catarlas antes de comer, tomar mis notas y consideraciones para al final tener que tirar una gran parte del vino.

Como amante del vino, eso me duele mucho, pero no siempre apetece tomar vino a diario. Además me gusta el acto social del vino, compartirlo con gente y con una buena conversación. La cata pura y analítica me cuesta muchísimo.

Pero cada cierto tiempo nos ofrecen nuevos vinos que quieren que incorporemos o simplemente que han sacado la nueva añada y quieren que la probemos y les demos nuestra opinión. Algo que agradecemos mucho y nos halaga.
Así que, poco a poco, nos juntamos con unas botellas que tenemos que juzgar, que tenemos que probar para conocer y poder decidir si las incorporamos o las dejamos en la reserva para otra ocasión.
Así nos encontramos con la necesidad de encontrar un momento y compañía para hacer la cata.

Hemos realizado ya varias. En diferentes sitios y con diferentes acompañantes. Nos gusta recabar las opiniones de más gente sobre los vinos. Tanto de gente del sector como de aficionados y amigos que dicen que no saben nada, pero saben lo fundamental si les gusta o no.
Las hacemos siempre a ciegas, recuerdo un post en el Blog de Vinis de Joan Gòmez Pallarès , donde rechazaba las catas a ciegas. Para mi son fundamentales. Si tenemos la etiqueta presente, ya predisponemos nuestra opinión sobre el vino. Intentamos que sean vinos similares, tanto en elaboración como en rango de precio. Tened en cuenta que uno de los objetivos es saber si va a incorporarse a nuestra estantería y tenemos que tener buenos vinos en todas las franjas de precio.
A veces te llevas decepciones. Vinos que tenías en gran estima, quedan sobrepasados por otras referencias que no tenías en cuenta.

Hay otro tipo de catas que también nos gustan. Son como las que organizan nuestros amigos de Viñoteca Bagos. Traen a los autores, que nos cuentan todo sobre sus vinos y establecen un diálogo con los vinos de por medio. O traen a gente, que sabe mucho de una zona de vinos para que podamos aprender más sobre ese tipo de vinos. También hubo una cata a ciegas de grandes vinos que fue muy interesante y nos sorprendió mucho a todos.

Las que me gustan mucho menos son las catas con el comercial de la bodega. Se que es su trabajo, ya que yo tuve en ese lado durante algunos años. Recuerdo las palabras del jefe. Las muestras no se dejan, se tienen que abrir con el cliente y que de la opinión en el momento. Recientemente me ha pasado y es muy difícil decirle a una persona que su vino no vale lo que considera, ya sea por calidad o por precio. Porque puede ser un buen vino, pero tener un precio que no justifica lo que va dentro de la botella.

Por eso, intentaremos organizar más catas, no solo con las posibles incorporaciones, sino también con vinos que ya trabajamos para recordarlos, para ver como han evolucionado o simplemente por el placer de probar unos vinos entre amigos con una amena charla.

Estáis todos invitados…

Salud.
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