Postre típico de Galicia y de la época de Carnaval pero, como decía mi madre “las filloas se toman todo el año”.
Aprovechando que es época de cocido, se pueden hacer con el mismo caldo que nos queda del cocido, sustituyendo la leche. Se dicen que son las Filloas saladas.
Pero como en Juncal somos más de dulce, hoy presentamos la receta de Filloas dulces como postre especial.
Las filloas tienen un origen rural, por tanto, se utilizaban los productos que había en la despensa. Huevos de corral, la grasa del cerdo, la leche de la casa y la harina de trigo.
Ingredientes:
- 280 gramos de harina, mejor sin levadura y de repostería al poder ser
- 1 litro de leche. Aquí a elección. Lo normal es entera, pero puede ser desnatada o mitad leche y mitad agua. Para los intolerantes a la lactosa, como es mi caso, se puede utilizar leche de soja. Pero no es lo mismo.
- 6 huevos mejor caseros. O eso dice mi padre.
- 1 limón, aunque sólo utilizamos lo amarillo.
- Medio vaso de azúcar o 1 vaso de anís, a elección.
- Una pizca de sal.
- Tocino ibérico para untar en la sartén. En Juncal tenemos y muy bueno, por cierto.
Preparación:
En un bol echamos la harina, el litro de leche, el vaso de anís o el azúcar, la pizca de sal y los 6 huevos, además de la raspa del limón.
Mezclamos con la batidora, hasta que quede todo bien incorporado, intentando que no queden grumos.
Ponemos una sartén al fuego y vamos frotando el tocino en caliente, hasta que se embadurne por toda la superficie.
Cuando está bien embadurnada, cogemos un cucharón de la mezcla y la echamos en la sartén. Moviéndola para que se mezcle y se forme la filloa. La cantidad volcada es al gusto, cuanto más echemos, más gruesas estarán.
Dejamos que se dore y cuando los bordes se separen de la sartén, es el momento de cogerla. Mi madre las coge con los dedos y las voltea rápidamente. Ella dice que no se quema….
Cuando veamos que ya está cuajada la sacamos a un plato.
Repetimos este proceso hasta terminar toda la mezcla. Cuantas más mejor…
La presentación de las filloas tiene muchos formatos y la imaginación puede sorprendernos.
Las he visto puestas en un plato, enrolladas, envueltas en miel, rellenas de nata o de crema. Incluso les echabamos Nocilla en las tardes futboleras en casa de mi abuela.
Un postre con muchas posibilidades.
Voy a llamar a mi madre, a ver si me hace unas cuantas para mañana…