Albamar, uno más de la familia
Hace menos de 10 años que conocí a Xurxo Alba aunque ahora me parece que lo conozco de toda la vida, fue cenando en el antiguo Bagos con unos ex-compañeros de trabajo y grandes amigos, me fue imposible no acabar atrapado por su jovialidad y frescura.
Poco después volveríamos a vernos en el actual Bagos, local que ciertamente me hizo conocer a Xurxo un poco más. Fue con motivo de la cata del Ranking de Mariano. Lo cierto es que, en ese evento, conocí a grandes personas que tuvieron y siguen teniendo, una gran influencia en mi.
De esa cata salió ganador su Albamar y su detalle de reconocer su vino entre más de 100 y no puntuarlo.
Creo que hubo un punto de inflexión a partir de ese momento.
Su dedicación exclusiva a la bodega familiar y el respaldo que supuso el ranking, le dio la confianza y fuerza para trazar su camino, a plasmar en Finca O Pereiro la particularidad de un viñedo. Un vino que me tiene enamorado y que lo sabrán todos los que me piden consejo a la hora de elegir un albariño en mi tienda. En hacer crecer la familia con Floreano y Monchiña. En colaborar en grandes vinos como el 69 arrobas con Adrián, Fernando y Pablo. En lanzarse a otros proyectos de vino que lo seguirán haciendo todavía más grande.
Haber podido vivir todo esto desde cerca hace que lo sientas como algo más especial. Que te alegres como si en cierto modo también te tocasen a ti una parte de sus logros.
Por eso, el reconocimiento por parte de Luis Gutiérrez, el que otorga los famosos puntos Parker actualmente, de Albamar como una de las bodegas punteras y a seguir, de la DO Rías Baixas me produjo una enorme alegría.
Un reconocimiento a una labor entregada, a alguien muy humilde y con un gran cariño por su tierra y por ofrecer el mejor vino posible. También me alegro por las otras bodegas destacadas donde tengo buenos amigos.
Bueno, ahora podéis estar pensando, menudo panfleto nos está mandando sin venir a cuento, pero tiene su explicación.
Capitán Xurelo con la ayuda de Albamar
Fue con la cosecha 2014 cuando empezó esta historia con el Capitán Xurelo. Xurxo elaboraba su Albamar O Esteiro, Caiño, Mencía y Espadeiro a partes iguales. Ese año tuvo más cantidad de mencía, no quiso alterar la proporción en O Esteiro y descartó esa mencía. La colocó en un depósito con las lías de todas las barricas de O Esteiro y ahí quedó, descansando,
Hasta que un día lo trajo a probar a Bagos. Aquel lugar donde nos reuníamos un grupo de fanáticos del vino.
Ahí cerramos lo que sería el primer Capitán Xurelo, poco más de 100 botellas de vino tinto de Rías Baixas.
Ese primer embotellado lo realizamos manualmente entre dos amigos, a partir de ahí empezó una tradición, embotellar Capitán Xurelo era una especie de fiesta, nos reuníamos en bodega para embotellar temprano y salíamos muy, muy tarde, después de recuperar fuerzas y apagar la sed de un día de duro trabajo.
Hoy tenemos la octava cosecha de un vino que solo me da alegrías, verlo en fotografías de amantes del vino en USA o verlo en las cartas de los restaurantes, como recientemente en Nordestada en Portosín o en Berria en Madrid.
Por eso cuento esta historia y por eso Albamar, es uno más de la familia.
Salud y por muchos años, Capitán.