Mouchos, Coruxas, Sapos e Pitas

Tenia pendiente escribir sobre mi visita a Lagar de Sabariz. Nunca encontraba el momento para hacerlo, al final necesitaba algo que hiciese saltar el resorte de escribir, ese algo fue una publicación en su Facebook comunicando que se había acabado la añada 2011, el vino que el portal Elmundovino considero mejor blanco del año 2013.

Hay una tendencia en alza en el mundo del vino, la de sacar la máxima expresión al viñedo, al suelo, a lo que los franceses denominan “Terroir”, una corriente impulsada por viticultores que están pegados a la viña, la cuidan, la miman y buscan que de sus mejores frutos, una vez en bodega la mínima intervención posible.
Dentro de esa tendencia se enmarca la Biodinámica, de ahí el titulo de la entrada.

La primera vez que vi algo sobre la Biodinámica fue en una revista americana, creo que fue en la Wine Spectator, dedicaban un reportaje a los emergentes vinos Biodinámicos Norteamericanos, pasaría un tiempo hasta que una visita a la bodega Artadi me acercó todavía más.



Antes de visitar la bodega y el viñedo, nos dieron una pequeña charla sobre lo que estaban haciendo y, sobretodo, por que lo estaban haciendo allí el Responsable de Campo y Carlos López.
Nos dieron unas nociones básicas sobre la Biodinámica, nos explicaron quien era Rudolf Steiner y la Antroposofía. Como en 1924 dio unas charlas a un grupo de agricultores preocupados por el empobrecimiento del suelo de sus tierras, hace casi 100 años de eso, imagínate como estarán ahora.

Ellos recalcaban que su objetivo es que la tierra se exprese lo mejor posible en sus vinos, que no sean unos vinos uniformes, que transmitan el suelo del que provienen. Creo que lo consiguen, pudimos probar 2 vinos de la misma cosecha, de parcelas colindantes, con diferentes orientaciones y los resultados eran diferentes. 
A unos les gustaría más un vino y a otros, el otro. Pero ambos vinos elaborados de la misma manera, con uvas de diferentes, son notoriamente distintos.

Ellos consideraban la Biodinámicaun medio para expresar mejor sus viñedos, no un fin para conseguir un certificado.

Posteriormente asistí a una charla de Bernardo Estévez, donde nos explico su visión de la tierra y de la viticultura, como trataba la tierra, las soluciones hidroalcohólicas y sus experiencias recuperando variedades autóctonas del olvido en Arnoia
Su vino Issue fue considerado el mejor vino en los premios Magnum del Instituto Galego do Viño.

Empecé a oír hablar de A Pita Cega el pasado verano, un vino de la zona del Ribeiro. Ecológico y con un precio, por encima de lo habitual en Ribeiro. Me llegaba información donde los periodistas hacían mas hincapié en las anécdotas personales que en el vino, así que me puse en contacto con Pilar Higuero, su autora.

Quedamos en visitar Lagar de Sabariz y aprovechando que tenia que pasar por Arnoia, me acerque a San Amaro.
Tras dejar Ribadavia, subimos hacia San Amaro y allí estaba el Pazo de Sabariz.

Allí pudimos visitar unos viñedos de Albariño y Treixadura. Ver como se intenta sacar lo mejor de la tierra. Donde se deja cubierta vegetal
en las viñas, las ovejas son excelentes cortacéspedes, y la finca esta cuidada al detalle.

Tras recorrer la finca y conocer de primera mano sus cuidados y trabajos, estuvimos conociendo un poco más sobre el entorno. La razón de que San Amaro no pertenezca a la D.O. Ribeiro. Las ventajas de la altitud frente al río….Hacía un día espléndido, mientras Ribadavia estaba completamente nublada. Los problemas con animales salvajes y demás detalles de la finca, como su huerto ecológico.
Pasamos a conocer la pequeña bodega. Una auténtica delicia, pequeña, cómoda y con todo lo necesario para elaborar vino de calidad.
Probamos el Albariño 2013 y la Treixadura2013, que vinifica por separado. 
Sinceramente en ese momento estaba espectacular el Albariño, más expresivo a esas alturas que la Treixadura.
Tras la visita nos despedimos y aprovechamos para disponer de unas pocas botellas de A PitaCega 2011, que ya por entonces escaseaban, para nuestros clientes.
Una visita muy agradable, que nos reafirma en la idea de que los vinos tienen que ser un reflejo de su zona, tienen que expresar de donde vienen. 
Eso parece fácil, pero es muy difícil ya que implica un mayor trabajo, un mayor coste y un menor rendimiento del viñedo, eso hay que pagarlo. Pero creo que vale la pena.
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